Las resoluciones de la SCJN en nuestra vida diaria
Compartir:

Sin las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, muchos derechos que hoy son parte de nuestra cotidianidad seguirían siendo una ilusión lejana: casarnos con la persona que amamos, decidir sobre nuestro cuerpo o consumir marihuana sin ser tratados como delincuentes. La Corte trasciende los expedientes jurídicos; sus sentencias palpitan en nuestra vida diaria y transforman el rostro de la libertad.

Amar en libertad:

En 2010, a través de la Acción de Inconstitucionalidad 2/2010 y resoluciones posteriores, la Suprema Corte invalidó las prohibiciones estatales al matrimonio entre personas del mismo sexo, declarando que tales restricciones violaban el derecho constitucional a la igualdad y la no discriminación. Gracias a estos fallos, miles de parejas en México acceden hoy a la protección jurídica del matrimonio, la seguridad social, la posibilidad de heredar y la formación de familias bajo el pleno reconocimiento del Estado. El mensaje fue contundente: la dignidad también implica poder elegir, sin prejuicios ni barreras, con quién compartir la vida.

Divorcio y derecho a decidir el futuro:

La Suprema Corte también se ha pronunciado sobre el llamado divorcio incausado o exprés, con sentencias de la Primera Sala como el amparo directo en revisión 5198/2016. El máximo tribunal estableció que cuando termina el amor, basta la voluntad de uno de los cónyuges para poner fin al vínculo, sin obligación de justificar la decisión ni enfrentar procesos largos y dolorosos. Así, la Corte dio prioridad al derecho de cada persona a decidir sobre su proyecto de vida, protegiendo el libre desarrollo de la personalidad y evitando la revictimización, al tiempo que el Estado debe facilitar el proceso, asegurando el bienestar de las familias y los derechos de los hijos involucrados.

Reconocimiento a la identidad de género:

En el Amparo en Revisión 1317/2017, la Suprema Corte sentó precedente al reconocer el derecho de las personas trans a modificar sus actas de nacimiento para que reflejen su identidad de género autopercibida, sin necesidad de juicios largos ni requisitos clínicos. Esta decisión protege los derechos a la identidad, la igualdad y la no discriminación, permitiendo el reconocimiento pleno de la personalidad jurídica y el acceso a trámites y servicios sin obstáculos ni estigmas.

Derecho a decidir sobre la maternidad y la salud reproductiva:

Mediante resoluciones históricas como la Acción de Inconstitucionalidad 148/2017, la Suprema Corte declaró que la criminalización absoluta del aborto es contraria a la Constitución. Ninguna mujer ni persona gestante puede ser encarcelada por decidir sobre su cuerpo; hoy, la autonomía reproductiva es reconocida como parte esencial de la dignidad y la igualdad. En el Amparo en Revisión 1064/2019, la Corte protegió a una víctima de esterilización femenina no consentida practicada en el IMSS, calificando el procedimiento como violencia obstétrica, tratos crueles e inhumanos y discriminación basada en estereotipos de género. Enfatizó que las mujeres tienen derecho a decidir sobre su salud sexual y reproductiva, y que el Estado debe garantizar intervenciones médicas respetuosas de su autonomía y dignidad.

La libertad de elegir y el fin de la criminalización por consumo de marihuana:

Hasta hace poco, la prohibición absoluta del consumo de marihuana convertía a usuarios en criminales por ejercer una decisión personal. Con sus sentencias sobre amparos contra la prohibición, la Suprema Corte reconoció que restringir el consumo por completo atenta contra el libre desarrollo de la personalidad, abriendo la puerta para que cualquier ciudadano solicite autorización para uso personal, sin que ello signifique promover un estilo de vida, sino proteger la libertad de decidir sobre el propio cuerpo.

Al final, estos fallos emblemáticos de la Corte nos recuerdan que el derecho no es ajeno a la realidad: es la garantía viva de la igualdad, la autonomía y el respeto en nuestro día a día. En el registro civil que no discrimina, en la clínica que respeta la decisión de una mujer, en el joven que ya no es tratado como delincuente por fumar marihuana en privado, las sentencias de la Suprema Corte se encarnan, nos acompañan y nos permiten disfrutar y defender nuestras libertades.

La participación ciudadana y la defensa activa de estos derechos son esenciales para que tales avances se sostengan y crezcan, porque la libertad y la dignidad nunca son completas si no se ejercen y protegen cada día.

Autor

Compartir:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *